miércoles, 30 de marzo de 2011

Por el monte de la provincia de San Juan.

En Tunuyán, 50 Km antes de Mendoza, me hicieron una entrevista en la calle para el Canal 2. De dónde venís, contame algo lindo de su ciudad, hasta donde pensás llegar, que es lo más lindo que viste en Argentina.... Ahora ya soy famoso en Tunuyán, la pena que no creo que lo podáis ver por allá.

La ciudad de Mendoza junto con los municipios de alrededor tiene más de un millón de habitantes. Algunos me decían que es muy linda, que la tenés que visitar y otros que es un quilombo de autos y gente por todos lados y que tenés que andarse con cuidado en los barrios. Así que, después de darle muchas vueltas, decidí sortearla por el Oeste, por los cerrillos. En vez de visitar la capital de la provincia me desvié hacia Tupungato, “la capital de la nuez y de los vinos de altura”. Por la carretera se veía muchos viñedos, todos con riego, y bodegas. La vendimia empezó a primeros de marzo y prácticamente está toda la uva recogida, salvo la de los viñedos que están a más altura. Me dijeron que se cultivan muchas variedades pero la más apreciada y la que mejor se paga es la malbec.

De Tupungato tomé una pista de ripio en constante subida, hasta los 2.400 m de altura, para luego descender rápidamente hasta la carretera que va a Santiago de Chile por el paso del Cristo Redentor. Es la principal vía de comunicación entre Argentina y Chile y el tráfico de camiones es muy intenso. En Uspallata dejé esa carretera y me desvié de nuevo al Norte. El Cerro Aconcagua está a sólo 75 Km de Uspallata, siguiendo la carretera que va Chile.





Bajada hacia Potrillos

Carretera hacia el paso del Cristo Redentor

A partir de Uspallata la carretera va por un amplio valle con la cordillera de los Andes al Oeste, con algunos montes de más de 6.000 m (el más alto de la zona es el Cerro Mercedario con 6.770 m) y la precordillera al Este. Las mañanas son frescas pero una vez que empieza a calentar el sol hace bastante calor. No hay ni una nube y la exposición solar es muy intensa. No encuentras ninguna sombra, así que cuando paraba a descansar me agachaba junto a algún matorral espinoso que me protegiera un poco del sol. La altitud, las escasas precipitaciones que caen torrencialmente en verano, la gran amplitud térmica, los secos y fuertes vientos y la exposición solar, hace que las condiciones para la vida sean muy difíciles. La vegetación está compuesta únicamente por matorrales con portes achaparrados espinosos o pringosos, tipo jaras. Los pueblos son como pequeños oasis, ya que gracias a antiguos sistemas de riego por canales de agua de algunos arroyos procedentes de la cordillera, tienen bastantes árboles y zonas verdes.

En las faldas de la Sierra de Tontal, en la precordillera, esté el PN El Leoncito. La peculiaridad de este parque es que su misión fundamental es la protección del cielo. Esta zona se caracteriza por la gran oscuridad de su cielo nocturno, con apenas contaminación lumínica y su atmósfera diáfana con bajo contenido de vapor de agua. Esto unido a que el cielo se mantiene despejado 300 días al año, hizo que se instalarán aquí dos observatorios astronómicos. Acampé junto a la casa de los guardaparques a 2.300 m de altura y por la noche me acerqué a uno de los observatorios. Allí había un grupo de gente con un telescopio más pequeño y estuve viendo la Cruz del Sur, la constelación de Orión, las Tres Marías, el planeta Saturno con su dos anillos y una de sus lunas, la estrella Sirio, la más brillante del hemisferio Sur.... Muy interesante.

La carretera pasa también junto al Barreal Blanco. Es el lecho de una enorme laguna seca. Es una gran superficie plana donde todas las tardes se levanta un fuerte viento del Oeste, por lo que tiene fama de ser uno de los mejores sitios del mundo para la práctica de los carrovelas y se ha celebrado varias veces el campeonato mundial (esos cochecillos que les ponen una vela, como los que llevan a la Fiesta del Viento de Uterga. No sé como se les llama allá). Cuando pasé no vi ninguno, sólo unos macarras haciendo trompos con el coche.
Barreal Blanco




Tira de vacío a la brasa. Para que veáis en casa que como bien...

Desde Calingasta hasta Iglesia tuve que cruzar otra pampa interminable, esta vez de 134 Km entre ambos pueblos. Después de una larga subida, llegue a una meseta situada a más de 2.500 m de altura poblada por una desolada estepa arbustiva. En medio de la nada baja una pequeña regata del monte y allí se encuentra el puesto de Gendarmería de Tocota (2.625 m de altura), donde pase la noche. Por esta ruta que he seguido no he visto a ningún ciclista. Los gendarmes me dijeron que el último en pasar fue un canadiense a primeros de marzo. A la mañana siguiente el camino era todo bajada, pero estaba destrozado por las fuerte lluvias que hubo a primeros de marzo. Desde Iglesia, ya por asfalto llegué a Rodeo, al pueblo más grande del Departamento.


En Rodeo me he quedado un par de días en casa de la cicloturista Ivana Coria, bueno de su padre Rolando. Ella está terminando ahora con su pareja Alaska – Usuhaia. Esta chica tenía un puesto fijo de psicóloga en una escuela y tras conocer a una pareja de cicloturistas franceses, renunció a su trabajo, vendió su auto y se compró una bicicleta. Primero estuvo en Nueva Zelanda podando viñas hasta reunir algo de plata para el pasaje a Malasia. Durante meses estuvo pedaleando por Asia y cuando se acercaba al Everest, conoció a Harry, un holandés que guiaba a un grupo de alpinistas al Everest. Estuvo 15 días en el campo base y luego continuo su viaje. Ya en Europa se reunió de nuevo con Harry y después iniciaron la travesía de Alaska a Usuhaia juntos, la cual están a punto de terminar.

Rolando Coria es uno de los médicos del pueblo y prepara unas milanesas con queso, tomate y puré de papas bien ricas. Me ha llevado a conocer el Dique Cuesta del Viento, un embalse en el que prácticamente todas las tardes del año se levanta un fuerte viento, lo cual lo hace ser un paraíso para la práctica del windsurf y el kitesurf. También hemos estado en las termas de Pismanta, donde me he dado un baño en una pileta (piscina) de aguas termales que me ha sentado de primera.

Dique Cuesta del Viento


Con Rolando Coria

Ahora me esperan por delante las provincias de La Rioja y Catamarca, ya por la asfaltada ruta 40 donde espero encontrarme con mas ciclistas.


Jáchal, provincia de San Juan (Argentina)
Km 5.349

martes, 22 de marzo de 2011

Termina la Patagonia. Empiezan el monte de llanuras y mesetas de Mendoza.

El jueves crucé el río Barrancas, el cual se junta unos kilómetros aguas abajo con el Río Grande y pasa a llamarse río Colorado. Este río es el límite entre las provincias de Neuquén y Mendoza, pero además es el principio, para mi el final, de la Patagonia.  Han sido 4.317 km recorridos para cruzar de Sur a Norte esta basta región compartida entre Argentina y Chile. Y todos los kilómetros en bici, ni uno solo en autobús o en coche, y no precisamente por la ruta más fácil. He intentado buscar en lo posible carreteras y pistas secundarias y evitar al máximo el asfalto. Alguno pensará que estoy un poco colgado, pero era algo personal, un reto. Así que, después de ésto, ya está todo chupado...

Desde Chos Malal, situado a 900 m de altitud subí por una pista durante 45 km hasta el refugio del cerro Wayle, ubicado a 2.300 m de altitud. Es un ambiente de estepa y está justo en frente de la laguna y la base del volcán Tromen (4.114 m). El refugio en verano es el centro de operaciones de los guardaparques del Parque Provincial El Tromen. Allí estaba uno que me llevó por larde en su camioneta (como llaman aquí a los pickup que tanto abundan) a la laguna. Todavía quedaban algunas parejas de cauquenes, cisnes de cuello negro, flamencos... Es una zona de cría porque a partir de finales de marzo empieza a nevar, la laguna se hiela, las aves se marchan a sus zonas de invernada y los ganaderos bajan el ganado al valle. Suelen caer dos metros de nieve y la temperatura por la noche baja frecuentemente hasta los 20ºC bajo cero.

El guarda me contó que los grandes bandos de cotorras que he estado viendo estos días en la estepa, eran en realidad loros barranqueros. Están protegidos porque sus poblaciones son muy fluctuantes. Aumenta muchísimo los años que hay semilla de no sé que planta y luego vuelve a caer en picado. Sin embargo, los ganaderos han empezado a estabular el ganado y almacenar pienso por lo que la población de loros se ha disparado. Ahora son los ganaderos los que más se quejan, pero a la vez son ellos los que han generado el problema. Esto en Navarra se solucionaría declarando al loro barranquero especie plaga y a correr.

A cenar vino también un puestero. Un viejo gaucho que tiene un rebaño de 200 cabras. Son trashumantes y desde noviembre que había subido a la montaña con el ganado, no ha bajado ni un solo día al pueblo. Se crío en las laderas del Tromen, donde su padre lo dejaba cuando era un niño durante semanas en el monte con las cabras. Prepararon para cenar un calderete de chivo con patatas y fideos, buenísimo. En el norte de Neuquén la especialidad es el chivito asado.

Por la mañana, desde el refugio se veían formarse nubes en la cima del volcán y da la sensación de que sale humo. Se ve que el aire sube por la ladera y con la altura se enfría y se condensa formando pequeñas nubes que desaparecen rápidamente. Hacía bastante frío y el viento era helador, así que me abrigué bastante y camino abajo llegué a Barrancas. Después ya me sobraba toda la ropa.



Laguna Tromen

Volcán Tromen (4.114 m)

Final de la Patagonia

En Barrancas cogí de nuevo la Ruta 40, con bastantes tramos de ripio en muy mal estado, muy suelto, mucho serrucho y muchas más subidas que bajadas. Es un paisaje muy árido de estepa, con grandes montañas peladas. Sólo los ríos importantes llevan agua y el resto de arroyos en esta época están secos, por lo que hay que acarrear bastante agua ya que no hay muchos pueblos en la ruta. Después de subir otro puerto largo llegué a la pequeña ciudad de Malargüe. Está en medio de un desierto pero pasa un río y es muy acogedora gracias a que hay muchos árboles y jardines.

Río Grande

Bajada hacia Malargüe

Zorros grises
Ahora tenía tres opciones: seguir por el asfalto dando un rodeo por la ciudad de San Rafael, seguir por la ruta 40 o tomar una pista en línea recta con muy poco tránsito atravesando la Pampa del Diamante. Elegí la última, un camino de 160 km entre El Sosneado y Pareditas sin nada en medio. Vamos, que la Bardena alado de ésto se queda pequeña. Cargué bien de agua y a la tarde empecé a darle. Al principio se veían algunos pozos petrolíferos de YPF, bastante obsoletos, o eso me pareció. Pero pronto vi que iba a ser bien complicado porque aparte del ripio suelto y el serrucho, se sumó algo mucho peor: la arena. En la mayor parte del camino las ruedas se agarraban un montón y había que ir con el plato pequeño haciendo mucha fuerza, y en algunos tramos era imposible ir montado. Me crucé con dos chavalillos daneses que venían en sentido contrario hechos polvo y sin agua. Todavía les quedaban 18 Km hasta el pueblo así  que habrían llegado de noche. Por suerte para ellos había luna llena y la noche fue muy clara. Les di un poco de agua y nos despedimos con un: Good luck!!!

Al día siguiente al llegar al río Diamante había unas casas. Me acerqué a buscar agua y resultó ser una escuela. Allí no estaba más que la celadora con sus dos hijitas. Me dijo que los niños estaban ahora de franco. Al parecer van 20 días a la escuela internos y luego está otros 10 con su familia en los puestos. A la escuela van 24 niños, todos hijos de puesteros de la pampa.




Pampa del Diamante



Río Diamante


Al atardecer llegué al arroyo Papagayo, donde pensaba acampar. Allá estaba una cuadrilla que me había juntado unas horas antes y me habían ofrecido llevarme en su camioneta. Habían estado todo el día cazando quirquinchos, una especie de armadillo más pequeño que los que había en la Patagonia. Tenía perros de rastro picados para cazar sólo estos bichos. Dicen que su carne es exquisita, muy fina. Y tendrá que serlo porque si te agarran los guardaparques te llevan preso y te cae una multa de 3.000 pesos (600 €). De todas formas, a esta cuadrilla no tenía pinta que les fuera a pillar nadie... Al anochecer, me dejaron una botella de cocacola llena de vino dulce casero y un trozo de pollo que habían asado junto al río y se fueron para su pueblo.

La cuadrilla de furtivos con la cacería


Araña pollito o peluda. Me dijeron que no hay cristiano que viva si le pica una de éstas.

La mañana siguiente, ya por mejor camino, llegué a Pareditas y de ahí de nuevo enganché la ruta 40 asfaltada hasta San Carlos, a las puertas de la ciudad de Mendoza.


San Carlos, provincia de Mendoza (Argentina)
Km 4.765

martes, 15 de marzo de 2011

Por territorio mapuche

Durante estos días he andado por el antiguo “wajnapu”, territorio del pueblo mapuche. En 1879 el Estado lanzó a su conquista a más de 6.000 soldados. Cuatro años más tarde el general que dirigía este ejército se enorgullecía de haber limpiado de indios la región. Fue la llamada “Campaña del Desierto”, el mayor genocidio de la historia de Argentina. A pesar de que tras la derrota militar los mapuches sufrieron confinamiento y persecuciones, lograron rearmarse para exigir sus derechos y un lugar en la sociedad. Esta lucha tuvo su fruto en 1994 con el reconocimiento constitucional de los pueblos indígenas argentinos, que abrió camino a la devolución de sus tierras ancestrales y a la participación plena en el manejo de los recursos que albergan.

En los pueblos se ven algunos mapuches pero la mayoría viven en el campo en comunidades y reservas indígenas. Viven de la cría de ganado y la explotación de leña. Aunque cada vez más también de ofrecer artesanía y alojamiento a los turistas.

Desde Bariloche, la carretera va bordeando el lago Nahuel Huapi hasta llegar a la pequeña localidad turística de Villa La Angostura. Frente a ella se encuentra la península de Quetrihué que se adentra en lago y que constituye el PN Los Arrayanes. El arrayán es un árbol precioso e inconfundible por su corteza naranja, color canela, que se desprende a trozos como si fuese un platanero. El follaje perenne de color verde oscuro contrasta con las flores blancas. Estos arboles se encuentran aislados o en pequeños bosquetes en sitios húmedos a ambos lados de la cordillera, pero raras veces se encuentran bosques puros como el que existe al final de la península de Quetrihué.

Dejé las alforjas en el pueblo y recorrí el sendero de 12 km que cruza el Parque. Es un sendero muy divertido con escalones y algunas zonas trialeras, donde me acordé de lo que es disfrutar de la bici a tope, sin peso y por senderos. Después de cruzar un imponente bosque de coihues (un Nothofagus de hoja perenne), se llega al arrayanal, una masa pura de arrayanes de 20 ha.

Camino de Villa La Angostura

Por el sendero del PN Los Arrayanes

Bosque de arrayanes

La carretera que une Villa La Agustura con San Martín de los Andes es la famosa “Ruta de los siete lagos”. Una carretera pintoresca de 110 km, la primera mitad de ripio y el resto asfaltada que va bordeando varios lagos. La ruta es bonita, aunque después de cruzar tantos bosques y ver tantos lagos en la Patagonia, están empezando a dejar de impresionarme. Además es un auténtico rompepiernas con continuas subidas y bajadas. San Martín de los Andes es como Bariloche pero en pequeño. Está a orillas de lago Lacar y tiene alado unas pistas de esquí. El pueblo está lleno de hoteles, restaurantes, tiendas de montaña... Me fui rápidamente de allí. La verdad es que tenía ganas de salir del mogollón turístico de la zona de El Bolsón – Bariloche – San Martín de los Andes .

Lago Espejo



 
A partir de Junín de los Andes el paisaje empieza a cambiar y es bastante más árido. Se suben varios puertos largos pero de los que se subes a ritmo muy agusto y después viene los rápidos descensos. Este terreno me gusta mucho más. Siguiendo el curso del río Aluminé, llegué a localidad de Aluminé y después al lago Aluminé. De ahí arranca la subida al col del Paso del Pino Hachado de 1.885 m de altitud, donde hay un paso fronterizo con Chile. Aquí el paisaje es impresionante. Se cruza un enorme bosque puro de pehuén (Araucaria araucana). El pehuén o araucaria se considera un fósil viviente ya que existe en la Tierra antes de la época de los dinosaurios y de que Sudamérica se separara de Australia y la Antártida. Forma unos bosque abiertos sobre suelos arenosos y da la sensación de que entre las copas aparasoladas va a salir volando algún dinosaurio volador de esos que había por entonces.

Los piñones constituían la base alimenticia de los mapuche. Cuando subí por la pista se veían grupos de gente con los críos (no precisamente mapuches) cogiendo piñones. Como allá en la época de las castañas, vamos. Todavía es pronto y con unos palos golpeaban las “cabezas” para que cayeran los piñones. Me dijeron que en realidad eso está prohibido. Sólo se pueden recoger cuando caen al suelo y además hace falta un permiso.


Río Aluminé






Después de una rápida bajada, el bosque desaparece y vuelve otra vez la estepa patagónica con sus interminables rectas en la pampa. Luego giré de nuevo al Norte y por una carretera de ripio que va junto a la Cordillera por el valle del Río Agrio continué hasta un pueblo llamado El Huecú. Llegué al atardecer cuando bandos de centenares o miles de cotorras de vistosos plumajes azules y amarillos venían a dormir a la arboleda del pueblo. Me dejaron dormir en una caseta junto al campo de fútbol. Al día siguiente, un nuevo puerto y después, siguiendo el valle encajonado de río Neuquén en una zona de alta montaña muy árida, he llegado a la pequeña ciudad de Chos Malal.


Esto es lo peor...

Gauchito

Por el valle del río Neuquén

Desde que salí de Bariloche el tiempo a cambiado, ha refrescado bastante, las noches son frías y caen borrascas continuamente. Y es que ya me decían que no era normal tantos días de calor a estas alturas de marzo. Ya ha llegado el otoño.

 
Chos Malal, provincia de Neuquén (Argentina)
Km 4.214