miércoles, 10 de agosto de 2011

Colombia, el riesgo es que te quieras quedar

El título de la entrada es el eslogan, muy acertado, que está utilizando el Ministerio de Turismo para promocionar el turismo en Colombia. Desde el primer día que entré en este país he encontrado la gente más acogedora del continente. Al hecho de que durante muchos años apenas vinieran turistas, se suma la gran afición a la bicicleta que hay en la Sierra y el carácter abierto y cálido de la gente, lo que hace  que sea muy bien recibido en todas partes. Cerca de las ciudades se ven muchos ciclistas con bicis de carretera pero todavía no he coincidido con ningún otro viajero, bueno menos con el chalao del Correcaminos de Colombia.

Hasta llegar a Cali he cruzado dos de los departamentos, Ariño y el Cauca, donde más asentada está todavía la guerrilla de las FARC. En todos los puentes hay militares, y por la ruta y en los pueblillos hay gran cantidad de policía armada hasta los dientes. Los miliares que están en la carretera tienen por costumbre cuando pasan los vehículos hacer el gesto de OK con el pulgar, como diciendo que todo está en orden. Parece ser que ahora la zona más peligrosa es el área montañosa cercana al Nevado de Huila, en el norte del Cauca, donde dicen que está escondido Alfonso Cano, el actual líder de la guerrilla. Pero eso ya ha quedado atrás, de Cali hacia el norte ya está todo mucho más tranquilo.

Desde Ipiales, la primera ciudad de Colombia junto a la frontera con Ecuador, hasta Popayán y pasando por Pasto, la carretera panamericana se hace muy dura con continuos puertos y rápidas bajadas. Pero los puertos no son tan largos como en Perú ni tan empinados como en Ecuador, así que los he pasado más o menos rápido. Después de Pasto  la carretera desciende muchísimo hasta el Valle de Patía, unos 80 Km de valle interandino entre las cordilleras Occidental y Central. Es una de las zona más calurosas de Colombia,  poblada principalmente por comunidades afrocololmbianas. Al mediodía la temperatura llegó a los 43ºC y casi no había árboles o caseríos para refugiarse y por la noche fue complicado dormir porque apenas refrescó un poco bien entrada la madrugada. Después se vuelve a subir bastante hasta la ciudad de Popayán que tiene un centro histórico muy bien conservado, manteniendo su originalidad a pesar de los terremotos que ha padecido.




Con el "Correcaminos de Colombia"



Valle del Patía



Catedral de Popayán
Unos Km más adelante se desciende hasta el amplio Valle del Cauca, una zona llana ocupada totalmente por monocultivos de caña de azúcar, muy fomentado recientemente por el boom del engaño de los biocombustibles “ecológicos” para producir etanol.

Cali es la capital del departamento del Valle del Cauca. Aquí me he quedado un par de días en casa de la familia de Hernan Miller, la casa de ciclistas de Cali. El centro de Cali es muy bullicioso, con muchísima gente, tiendas de ropa, zapatillas, electrónica, música de salsa a todo volumen y un calor sofocante. Y es que ya estoy en el hemisferio Norte y aquí también es verano. Sin embargo, la casa, de Miller es tan acogedora como la familia, está en el tranquilo barrio de Meléndez, junto a un río y con una jardín con arboles de mango, guayaba, naranjas agrias, cacao, coca, noni... donde he armado la carpa y se está muy fresco a salvo del calor. Muchas gracias por todo!!!

Cortando la caña de azúcar con machete



Miller, a la izquierda, su mamá y su hermano
Después de pasar por Tuluá he dejado la panamericana y me he desviado hacia la zona cafetera del Quindío, en las estribaciones de la cordillera Central, donde el clima es más agradable. Después de pasar una noche en la hacienda La Mercedes, dedicada a la cría de búfalas para la producción de mozarella, he llegado a la fina de Mauricio Gaviria, cerca de la ciudad de Armenia. Es una finca preciosa con unas vistas impresionantes donde cultivan café, plátano y aguacate.

Mauricio es biólogo y es haciendo un trabajo para el Jardín Botánico del Quindío consistente en hacer averiguaciones sobre los usos tradicionales de las plantas medicinales de la región y constatar si ya se han hecho estudios o aplicaciones para la medicina con los compuestos de esas plantas. Tenía que hacer algunas entrevistas a lugareños de pueblos cercanos y le he acompañado a Salento, un pueblico cercano en la montaña, en el imponente valle de Cocora. Aquí se encuentran algunos de los ejemplares más altos de palma de cera, el árbol nacional de Colombia. Es una palmera de imponente belleza, extraordinaria fortaleza y gran longevidad. Es exclusiva de los Andes Colombianos y alcanza alturas hasta de 60 metros. La utilización de la palma de cera para la celebración del Domingo de Ramos llegó a poner en peligro su supervivencia y también la del loro orejiamarillo, que depende de la palma de cera, ya que encuentran en ella su alimento y el espacio necesario para hacer sus nidos. Actualmente, esta especie sólo existe en Colombia ya que en Ecuador se ha extinguido.

Muchas gracias por todo Mauricio y espero que pronto puedas iniciar tu viaje en bicicleta por Sudamércia… y después a conocer Navarra.

Búfalo
Cafetal
Salento
Valle de Cocora
Palmas de cera






Con Mauricio




Sigo en el Quindío, entre cafetales, cultivos de plátano, naranja, mandarina, yuca... camino de Pereira y Manizales, que junto con Armenia forman el llamado Triángulo del Café, donde dicen que se produce el mejor café de Colombia y por tanto del mundo...


Calarcá, departamento del Quindío (Colombia)
Km 13.966

2 comentarios:

  1. MIC MIC!! EL LOCO CORRECAMINOS!!! jejej


    un saludo, termi.

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  2. Jo primo k envidia me das...ahora mas todavia k toi de guardia...tomando un coffe pero de la machine...asin k nada que ver con los tuyos...
    DISFRUTA!!!
    casi 10000 entradas...si ya te veo firmadno autografos cd llegues de vuelta...
    eso si con camiseta...k tienes una "foto" sin camiseta...con esos brazos "agroman"...
    CUIDATE MUXO!!! aki tu club de fans...k te seguimos la pista!!

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